La idea principal fue integrar objetos cotidianos y emblemáticos de la casa tradicional española en un contexto inesperado, convirtiéndolos en elementos funcionales y estéticamente atractivos para la preparación de cócteles. En este set de coctelería, se reinterpretaron y reinventaron objetos como el cuenco de mortero y el porrón, dotándolos de una nueva función y aplicándolos en el ámbito de la mixología. Estos elementos tradicionales adquirieron una nueva vida en el contexto de la coctelería moderna, brindando una experiencia única que combinó la nostalgia con un enfoque contemporáneo.